El amor
no puede meterse
en una bombonera,
ni en una celda de oro.
No es de uno,
ni de su bolsillo,
ni se mide en ‘mases’
ni en menos.
Cuando le oigas hablar
en primera persona:
Yo te amo más que nadie en el mundo,
Yo soy el que más te ama,
Nadie te amará más que Yo.
Corre, es mórbido.
Un yo no es más
que una limitación
de su riqueza.
El amor habla de un Tú,
siempre de un Tú,
el yo desaparece.
De no ser así,
el Tú podría caber
en una bombonera
o en una celda de oro
y no ser amor,
sólo deseo, obsesión,
pasión, vesania.
Nená
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame