viernes, 4 de noviembre de 2011


Nubes, un suelo de nubes.
Tiznar con huellas el paraíso,
la nieve cálida, el batido de claras
encima del bizcocho de azúcar.

La brisa ansía sus siluetas,
las enamora, las seduce,
hace el amor sobre sus cumbres,
las excita y brotan formas insólitas.

Llega la noche y las oculta
y susurran relatos voluptuosos,
lascivos, caprichosos,
hasta que sale la luna
y se recatan.

Entonces hablan de niños y de cunas,
de luceros y de cometas,
de hadas buenas
y de bonitas fábulas.



Nená

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