viernes, 18 de noviembre de 2011


Lloro, pero eso no debe preocuparte.
Lloro como río, y río mucho,
como hablo, y hablo demasiado.
Cuando me veas llorar,
piensa que lloro por unos cuantos
para que no lloren tanto,
así no te dará tanto mal.
A veces lloro porque
la lluvia es hermosa
-y miento-,
o porque las flores
huelen deliciosamente,
-y aún miento más-
Pero tú no debes inquietarte.
Hay lloronas que ríen,
de esas que tiemblan
por cualquier cosa
-defectuosas, tontorronas-
Así que no me lo tengas cuenta.


Nená

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