martes, 29 de noviembre de 2011


Ser difunto en el huerto
rodeado del empuje
y de la esencia de lo vivo,
es la mejor forma de consumirse,
la dulce despedida.
Me gustan los mayores,  
los ancianos, los viejos,
pero detesto los centros
donde los recluyen.
Deberían estar llenos de niños,
y de jóvenes, y de color.



Partir en blanco y negro es morir  
antes de tiempo.
¿Nos preparamos para nacer?
¿Por qué debemos
prepararnos para morir?
Todo el tiempo es vida,
y ni un segundo,
ni un solo segundo hay que desgastarlo.


Nená

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