jueves, 10 de noviembre de 2011


Soñé con un Turín vacío 
de italianos ausentes, 
sus altos y majestuosos edificios 
me miraban, 
incrédulos y altivos. 




El más espigado me dice: 
Dove stai andando piccola? 
Y yo le contesto: 
Juego a la comba 
en el empedrado de tus calles, 
con el eco de tu historia. 
Soy la soberana del Piamonte. 

Salto de dos en dos 
las escaleras. 
Cruzo las sombras 
de las columnas, 
como otra sombra 
que se esconde. 

Pienso que es la ciudad 
más bella del mundo, 
porque Torino es mía 
y soy su reina, 
la reina sin corona 
que puede hablar 
con los muros de piedra. 


Nená

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