Todo puede sobrevenir
en este cajón de sorpresas,
asombros y absurdos
que rozarán su locura,
y tendrán que camuflarla.
Les gusta medir, tenerlo
todo computado, entender
cada añadido y si no es así
reinventarlo.
Que nada se escape al juicio,
que para eso es sentencia,
y no puede fallar o todo podrá
venirse abajo.
¿Emociones?
Bueno sí, son necesarias,
pero provisionales y episódicas,
dudosas y nada fidedignas,
ni siquiera el instinto
puede ofrecer aforo.
Estos sesudos, señores,
cualquier día acaban con el mundo
a golpe de rígidas certezas.
Nená
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