Existen espacios pequeños
que se llenan de luz por un instante.
Sabes que durará la brevedad
de esa medida, y disfrutas
el tiempo que pueda cegarte.
No habrá más.
Los que encienden las antorchas
no se apuntan a ninguna lista,
no escriben largas cartas
prendidas con lumbre.
Existen espacios pequeños
llenos de piedad por un momento.
Sabes que durarán la fugacidad
de su prisa, y te contentas
con ese abrazo que te hizo
olvidarlo todo.
No habrá más.
Las almas gentiles
no van de puerta en puerta,
no se instalan en las casas
ni se quedan a vivir con uno
a abrazarle para siempre.
Nená
Siempre me quedo ciego cuando visito este tu pequeño planeta.
ResponderEliminar