de tus ojos de color ojo,
marrones claros.
En el colorido de alguna hoja,
de algún tronco,
de algún banco de madera bella.
Dos caramelos de café con leche
parecen tus bonitos ojos,
y los dulces de canela,
y las almendradas galletas.
Inocentes ojos,
curiosos, cansados, inquietos,
perdidos, hallados, heridos.
Esponjas donde se posan
todo lo que se mueve
y lo que se queda quieto,
àvidos de saberlo todo,
de devorar con ellos los cariños
y cientos de veredas,
como dos gavetas llenas
con dos enormes cajas de secretos.
Nená
He de decirte que yo también tengo los ojos de color ojo; y tú. Y que mis ojos son de color miel, miradora.
ResponderEliminarUn beso pupilar, Není.
Me lo quedo, ojos de color ojo, color miel, enormes cajas de secretos.
ResponderEliminarBesucos,
Není