Abandóname.
El
grillete de mi mente me doblega,
lleva
demasiado tiempo entorpeciéndome.
Soy
esclava de mí, de un cierre que llevo dentro
y
que no sé como desmantelar.
Este
cuerpo funciona, y funciona bien.
Esta
mente está sana,
pero
el auriga que tira de ambos es un loco
pretencioso, a veces juega, a veces no,
a
veces me entumece o me lisia,
por
el gozo en el manejo de las riendas.
Abandóname.
Déjame
ya este cuerpo y esta mente,
déjame
el aire y la autoridad lo que me quede,
no
quiero jugar, sólo estar y seguir sonriendo,
no
podría pedir más porque me quitaste el hambre
de
todos los despertares.
Nená de la Torriente