miércoles, 17 de julio de 2013

Ya casi no suspiras 
porque robo tu aliento a hurtadillas. 
Tanto tiempo te vivo dentro,  que a veces 
creo que mi casa es tu casa y alboroto tu cabeza, 
recorro tus pieles y me baño en tus humedales. 
Por eso cuando suspiras 
el mundo entero se cuela en tus salones, 
llega la vida a rescatarte, 
como si a un ahogado le sacaran del fondo 
de todos los mares. 
Y es que no puedo evitarlo, 
tengo que respirarte,  invadirte por dentro, 
porque sólo en tu interior me siento a salvo 
amparada de todo mal. 




Nená de la Torriente