-Feministas, NO gracias-
La
igualdad, la igualdad...
¿Acaso
somos iguales?
En
esta selva de ramaje intenso,
que
no es más que la vida con su suerte
de
trampas,
muchas
mujeres parecen lianas
cargando
con hombres de a poco peso.
Alguna
sueña con ser escoltada con un
bizarro
del otro sexo, que en su fortaleza
le
dé escudo y absoluto amparo,
pero
eso termina convirtiéndose
en
un Tarzán con su mona.
Esto
de los sexos no es una guerra
es
una natural -de naturaleza- diferencia,
que
cada cual lleve su remo como sepa
atendiendo
a sus torpezas o habilidades;
y
si dos diferentes quieren unirse que no
disfracen
lo más atávico,
que
así evitarán desde el minuto uno
lo
inevitable,
sea
el deterioro o la unión impecable.
Nená de la Torriente