Hoy
es domingo
y
no vamos a olvidar nada.
El
sufrimiento de tantos estómagos,
de
tantos ojos, de tantas manos vacías.
El
dolor de los cuerpos, de las almas,
de
los corazones desamparados.
La
soledad acompañada,
el
tormento de la impotencia, la justicia
vulnerada
por el guardián, por el héroe.
Hoy
es domingo
y
no vamos a olvidar nada,
pero
no lo recordaremos llorando
ni
hacinando balas de ira en la garganta,
ni
maldiciendo, ni pateando los muros,
ni
destrozando todo a nuestro paso.
Hoy
es domingo
y
vamos a evocarlo bailando,
apretando
nuestras cinturas,
nuestras
mejillas,
aferrando
nuestras manos
con
la fuerza de toda esa rabia
trasformada
en pasión.
Nená de la Torriente