Quiero
traeros la lluvia
no
que conozcáis el apellido
de
mis letras.
Que
viajéis sobre el ala
de
una gaviota,
no
que pronunciéis mi nombre.
Yo
no quiero abrirme paso en una selva
como
si fuera una exploradora
en
busca de un tesoro.
Conozco
la riqueza en vuestros ojos
cuando
nace la magia en ellos
y
se emocionan
y
un ser humano de cualquier parte
del
mundo se vincula a mí.
Saber
que no estamos solos
es
la mayor ganancia,
el
maravilloso patrimonio de tantas letras.
Nená de la Torriente