En
esta pequeña porción de mundo
está
este diminuto pedazo de vida gritando,
y
escucho el grito fuerte de una diminuta
porción
de vida de cabello largo,
al otro lado de la costa.
También
escucho la voz desesperada y dulce
de
otra fracción de vida a kilómetros de distancia,
y
miles de voces de pequeños espacios vitales
que
ocupan a su vez trozos mínimos
a
lo largo del planeta.
¿Cómo
hacerles saber que les oigo?
¿Cómo
hacerles saber que estoy a su lado
aunque
estemos tan lejos?
La
soledad genera tristeza por la falta
de
respuestas, pero muchas van por el aire
en
forma de abrazo, de beso, de cariño fraterno.
Nunca
hemos estado solos.
Nos
estamos escuchando siempre
aunque nos distraigamos tanto.
Nená de la Torriente