Cuando
llega la seca
el
suelo arde,
y
la greda se hace
herida
abierta.
Él
siega la paja, y
ella
inventa palabras
recogiendo
ciruelas,
esperando
que nadie
la
encuentre y que no
la
escuchen.
Al
otro lado del mundo
la
tierra se contrae,
el
frío hunde con peso
de
nieve todo lo que
tiene
colores.
Él
sale a pescar, y ella
inventa
palabras
bordando
manteles,
esperando
que nadie
la
estorbe y
que
no la oigan hablar.
Nená de la Torriente