Qué
fina tela me viste,
llevo
jazmines,
ojalá
que el sol me regalase
gerberas
naranjas con que cubrirme
y
no verme tan pálida,
pero
eso nunca sucede
por
mucho que se lo pida.
Tan
fina es la piel,
que
cualquier roto que llevo dentro
ella
lo cuenta,
y
cuando me duele lo acerca al lagrimal
derramándose
en aguas.
No
guarda secretos, no sabe.
Se
estremece como el lago tiembla
con
el viento
y
forma asimétricas crestas.
Tu
piel es mucho más gruesa,
conoce
el viento del norte y del sur
y
lleva hermosas orquídeas negras.
Nená de la Torriente