martes, 30 de julio de 2013

¿A quién le sirve mi sinceridad? 
¿A caso distinguen la diferencia 
que existe con la franqueza? 
Somos animales de costumbres, 
aburridos,  pero con la pretensión de ser 
de vez en cuando asilvestrados. 



No puedo cambiar las reglas,  ni las duras, 
ni esas pequeñas,  las más ligeras, 
pero puedo vivir en mi desordenado mundo 
sin dar mal a nadie ni permitir que el modo 
en que me juzguen me afecte mucho. 
Porque mi sonrisa es mi secretaria de asuntos 
sociales,  y mi mano el ministro 
de asuntos exteriores, 
y así todo un parlamento de sabedores 
de la única política que entiendo, 
para dar razón de que existo y me preocupan los 
los demás países, 
todas las diferentes e increíbles personas 
que me rodean. 




Nená de la Torriente