domingo, 14 de julio de 2013


Detrás de tus manos,  de tu sombra, 
del derribo de tus palabras,  una a una, 
detrás de cada movimiento de la boca,
  del pestañeo y de la mueca, 
detrás de todo está tu olor. 
Lo persigo con los ojos muertos, voy detrás 
como retal de muñeca,  sin voluntades, 
y lo presiento como árbol limpio de hojas,

atado a tierra y besando el cielo 
con el amor más puro. 
Porque detrás de todo lo que de ti parpadea, 
como si sostuviera una linterna 
y la agitara sobre tu cuerpo entero; 
detrás de todo ese movimiento 
está tu olor,  tu esencia, 
la que me anuda inevitablemente a ti. 





                                       Nená de la Torriente