sábado, 20 de julio de 2013

-Soñé-



Soñé que soñando aprendía a vivir. 
Soñé que mi vida no tendría fin. 
Soné que un palacio se abría ante mí, 
tantas cosas soñé, 
tanto tiempo olvidé. 
Olvidé. 
Soñé que mi voz no era voz sino 
canto. 
Soñé que el poema no era esbozo 
ni un pliego arrugado. 
Soñé que la vida me estaba cortejando, 
tantas cosas soñé, 
que tu mundo olvidé. 
Olvidé. 
Desperté,  y 
comprendí que tenía que huir. 
Desperté,  y 
vi la miseria que ves. 
Desperté,  y 
entendí que yo era aquel canto, 
la ilusión del palacio, 
el poema latiendo 
más allá del papel. 




Nená de la Torriente