-Soñé-
Soñé
que soñando aprendía a vivir.
Soñé
que mi vida no tendría fin.
Soné
que un palacio se abría ante mí,
tantas
cosas soñé,
tanto
tiempo olvidé.
Olvidé.
Soñé
que mi voz no era voz sino
canto.
Soñé
que el poema no era esbozo
ni un pliego arrugado.
Soñé
que la vida me estaba cortejando,
tantas
cosas soñé,
que
tu mundo olvidé.
Olvidé.
Desperté, y
comprendí
que tenía que huir.
Desperté, y
vi
la miseria que ves.
Desperté, y
entendí
que yo era aquel canto,
la
ilusión del palacio,
el
poema latiendo
más allá del papel.
Nená de la Torriente