sábado, 20 de julio de 2013

Tú te peleas con las letras, 
construyes armas, espadas, 
pequeños alfileres, 
e incluso anzuelos 
de marino sagaz. 

Yo juego en mi jardín de 
árboles azules, 
de flores verdes, 
respiro boca abajo y dibujo 
corazones donde lo oscuro 
nunca se deja pintar, 
con todas las letras que 
se acercan a corretear 
por mis manos.

Tú ves el poder de la poesía 
fuera de ti,  más allá de los ojos 
y de los labios, 
ves la metralla y la herida, 
las solapas que la historia 
ha ido colocando,  y tú 
rescatas; 
presionas botones 
y conoces su máquina. 

Estamos en patios diferentes, 
en invertidos sueños de cuartilla. 
Tu tinta va buscando un preciso camino, 
y es un indeterminado camino 
el que colisiona con mi trazo. 




Nená de la Torriente