domingo, 28 de julio de 2013

-Suspiros-


(Ay) 
Ella dijo: 
`No me tomes el pulso 
que se me altera’. 
Siempre hay miedo y corazón, 
siempre; 
pero no siempre hay cabeza 
para  detenerse a pensarlo todo. 


(Ay) 
Burla,  desprecio del ignorante 
que desoigo. 
Camino despacio por 
encima de su empedrado, 
no vaya a darse cuenta 
que le traspaso. 


(Ay) 
El inválido varón y su pueril serón 
han ido machucando 
demasiados dientes de león, 
y margaritas, 
y amapolas.
¿Qué queda en el prado 
más que yerbatones, 
del dorado color 
de la seca? 



Nená de la Torriente