lunes, 8 de abril de 2013


Torpes,  somos torpes, 
esa dulzura desmañada del que 
está empezando siempre. 
Ese tacón en el hueco de la loseta, 
único vano en la acera. 
Un chichón buscando un beso. 
El resbalón en la escalera 
por apresurar el paso, 
para llegar tarde y doblado. 
Ese término inadecuado 
en tu confesión 
de exaltado afecto,  o tu hipo 
inesperado cuando todo es gravedad 
y enfado. 
Somos torpes,  tan hermosamente 
torpes que no hay caricatura sórdida, 
sólo risotada limpia 
de absoluta humanidad. 




Nená de la Torriente