domingo, 21 de abril de 2013


No apiles tus papeles como 
cosas usadas, caducadas, 
que hay que dejar a un lado, 
no los apartes en las esquinas 
de tus ojos. 





Escucha sus voces,  chica de los ojos 
grandes,  escucha lo que te dicen 
en la arruga constante del barranco 
de la celulosa. 
Dicen que regreses a ellos,  que les enseñes 
a moverse,  que no los desampares 
que aún no están acabados. 
Se perderían neonatos 
entre pieles de plátano 
y desechos. 
Tómalos porque ya son bellos, 
ya saben hablar y ya han sido germinados. 




Nená de la Torriente