No
somos tan complicados.
Al
final sólo quiero
una
taza de leche con galletas,
un
cariño,
un
beso en el pelo y
un
suspiro.
Esas
cosas que no tienen precio
y
que nunca pedirías,
porque
ya sólo tienes edad
para
ofrecerlas.
Al
final sé que sólo quieres
que
te tomen en brazos y que te
arrullen, que te canten hasta que te duermas,
y que te besen la frente cuando te hayas
quedado
dormido.
O
tú, al final sé que sólo quieres
que
te abracen muy fuerte,
que
te digan que estás perfecta niña bonita,
y
que te griten cada mañana
con
todo el amor del mundo: ¡Suerte!
Nená de la Torriente