He
vistos sus zapatitos
al
lado de muchos libros.
Los
pies de una gatuna reina.
Ella
sabe que puede pasear
por
un bramante
y
tocar las estrellas y
voltearse
en el cielo con alguna
más
juguetona.
Sabe
volar y vuela,
quiere
volar y vuela,
y
se columpia en su propia sonrisa
como
luna paralela,
que
traerá un amanecer inherente.
Siempre
está naciendo, sin dolor
¡Fus, fus, zas, pum!
Le
atiza antes de que llegue
y
abre sus ojos, dos planetas gigantes
a
un azul que siempre le saluda
¿Te
has peinado hacia arriba?
¡OH,
si!
Es
que hoy he debido nacer boca abajo.
¿Qué
harás mañana?
Andaré
por mi cordel de cáñamo, y
quién
sabe, quizá descubra otro universo.
Nená
de la Torriente