sábado, 13 de abril de 2013


Sales de la gruta 
a oscuras. 
Ves amanecer,  ¡la maravilla!. 
Descubres el color de las cosas, 
pero enseguida te alcanza el asombro, 
ese color varía, 
no es el mismo a lo largo del tiempo 
que el sol permanece quemando el cielo 
¿Cómo es eso posible? 
¿Qué suerte de magia es esa? 
Y cuando miras ocultarse a ese fuego cegador y gigante, 
debajo de la tierra, 
los colores se vuelven menos brillantes 
pero casi aún más bellos, 
hasta que la oscuridad lo envuelve todo. 
Regresas a la gruta. 
Haces fuego,  y todas las cosas 
vuelven a tener los colores de siempre, 
invariables. 



Nená de la Torriente