jueves, 11 de abril de 2013


En tanta verdad pesando en papel
el milagro huye, despavorido.
El ovillo cortado por la mitad
con un hacha de hoja fina,
deja ver el camino sencillo de la lógica
que provoca la risa del prodigio.
Hay demasiados sabios
en los cuellos de las camisas
y en los escotes largos,
hasta en el exceso de rímel
que se cuela en las fiestas vanas.




Cuando el milagro se ha ido 
no tienes modo de buscarlo,
convocas a tu respiración aterida
y a las ganas de resucitar a lo sencillo
allí donde estaba perdido.
Pero no siempre consigues que vuelva.



Nená de la Torriente