martes, 30 de abril de 2013


¿Quién vierte la cera de la vela? 
¿Quién lo precipita todo? 
¿Quién levanta la voz, tal vez 
sube una octava y se toma el café con ansia 
para conseguirlo? 
¿Quién empuja en el metro, 
atropella buscando un sitio,  y 
se apea en la siguiente estación 
a toda prisa? 
Dime ¿quién corre hacia el abismo 
de la arcada,  quién no mira y golpea? 
¿Quién vive siempre al segundo 
de carrera con un cuerpo que ya 
no es el suyo? 
¿Quién es preso de las manillas 
de un reloj agónico,  de un horario muerto, 
de una difunta existencia 
sin el aliento de lo inesperado? 
Y ¿quién les va ayudar,  dime,  a agitar 
esa bola de cristal dónde viven, 
para que empiece a nevar 
y se sorprendan? 



Nená de la Torriente