No
tener respuestas no es ser tonto.
No
dar respuestas no es ser un cobarde.
Decir
que no tienes respuestas y
que
no puedes ni sabes darlas, es
ser
un valiente y un hombre sencillo,
donde
la soberbia no le ocupa ni un
centímetro
de tela del bolsillo.
No
saber cómo explicar algo no es ser
tonta.
No
explicarlo no es ser cobarde.
Decir
que no sabes y no puedes hacerlo
es
ser valiente, una mujer sencilla que no teme
la
opinión ni las escalas de unos y otros,
que
vive con lo que come y gasta lo justo,
y
no desdeña ni hace juicios de valor innecesarios.
Directos
él y ella, se hacen la vida más fácil.
Nená de la Torriente