Me
agrada beber en copa.
Su
esfera me deja jugar
con
el vino, y me da tiempo
a
paladearlo,
y
así he aprendido su gusto
el
tiempo que se queda en la boca.
Ahora
retiro el vaso de vino
y digo: 'No, no quiero un chato,
quiero
una copa de vino tinto'.
Joven, rojo intenso o violáceo,
que
no tenga más de seis meses
para
que llene de fruta aún mi boca.
Si
es tarde, prefiero un reserva,
del
color del rojo intenso noche,
que
esté un poco embocado
y
tenga una distraída nota
de
especias y roble.
Nená de la Torriente