martes, 9 de abril de 2013


Levanta la mano amor de la boca 
y vuelve a los campos. 
Sabes sobrevolar los cultivos 
y hacer círculos en las pequeñas hojas, 
y hasta besar la azada y el botijo 
en horas de siembra. 




Viaja lejos o cerca que tienes trabajo, 
en la biblioteca,  en el lomo del libro, 
ese que tocará el joven desganado, 
en el paso de cebra mal pintado 
que va a cruzar la desorientada niña. 
Amor,  amor,  levanta la mano de la boca, 
hembra-hombre,  hombre-hembra, 
no lo centres todo en esa diana, 
que los dardos se van perdiendo 
por el camino,  y el amor es el oro 
del mundo. 



Nená de la Torriente