sábado, 20 de abril de 2013




Qué pueden comprender aquellos 
que su vida es un suma y sigue 
y una roca la sensibilidad, 
no,  el sentimiento. 
Qué saben si dices ‘acércate y’ 
o ‘aléjate y’,  si todo lo reducen 
a cállate y bésame. 
No hay aula tan grande en el mundo 
ni paraninfo,  para explicar ‘el cómo’ 
se fragua el gota a gota de un roce 
que no llega a ser roce 
pero perfora hasta la misma médula 
provocando el escalofrío, 
porque la piel no puede contenerlo. 
La sensibilidad hace que el ser humano 
dinamite desde dentro 
como un puchero de barro 
expuesto del frío al calor. 
Cómo decir qué ocurre por dentro 
cuando una nutria exaltada te colea, 
al ver una amanecer despegar a solas 
desde una línea muy estrecha. 
¿Cómo entregar eso? 
¿Cómo regalar todo ese mundo de 
sensaciones únicas, 
cuando sólo tienes piel y escalofríos, 
lágrimas de gozo 
y palpitaciones vertiginosas? 




Nená de la Torriente