Si
voy a ser la loca, o la tierna o la idiota,
escojo
el campo de batalla.
Mucho
Ángel Cristo, rodeado de fieras
creyéndose
el rey de la pista,
y
aquí aún no se ha visto ni la primera
palmera.
El
ser humano es tan simple, que a poco
que
le enseñes un olvido, te enseña media
verdad, y se sonríe de lado como el que ha
construido
un continente,
aunque
sea de volátiles arenas.
Siempre
subestima al que observa, y
si
es mujer mucho antes
de
que se le abra el apetito voraz.
Ya
es que sin hacer ruido,
haciéndote
invisible,
ni
con un ‘ni pa ti ni pa mí’
te
dejan las piernas quietas.
Está
claro que sea como sea,
mema
tienes que ser,
o
miope, o santa ajusticiada al precipicio,
porque
ellos siguen con el látigo,
con
las sonrisas de lado,
con
sus continentes de arena,
y
mirándonos entusiasmados
pensando
en su pueril inocencia
‘¡Otra
que ha picado!’.
Nená de la Torriente
me asombra lo prolífica que eres nená, tanto en poemas como en dibujos... y mira que yo soy tarambana! :-) salud!
ResponderEliminarAl menos tú te asombras, otros me regañan. Me dicen: ¡No escribas tanto!¡Que los saturas, al final pierden matices y valor tus poemas! Yo sólo puedo decirte que con los años se ha ido convirtiendo en una necesidad física.
ResponderEliminarUn saludo,
Nená
cada uno escribe según sus necesidades, di que sí... y además dibujas cada poema, no me olvido de eso... pero claro, me asombro, porque yo que tengo épocas de chorreo de poemas veo que a tu lado me quedo en un escritor esporádico jeje... abrazo, salud!
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