Cuánto
de ira llevas en el bolsillo,
y
en el bolso tú, cuántos besos
cargados
de certeza.
Lleváis
a caso un paquete de pañuelos
de
consuelo, una barra de carmín
para
dejar avisos sinceros,
alguna
pluma que prestar para
que
otro salga adelante,
un
chicle para que alguien olvide
un
amor pasajero.
Tenéis
alguno un peine que sacuda
las
malas ideas, unos brazos en la mochila
de
recambio, para un abrazo imprevisto.
Qué
lleváis con tanto tesón en vuestras carteras:
Una
bola de amor para repartir en pedazos,
un
bocata de tolerancia
y
unos ejercicios de tiempo
para
escuchar a cualquiera.
Siempre
corriendo os veo,
y
estas cosas me pregunto
para
explicarme esa urgencia.
Pero
sé que no vais a contestarme,
soy
una criatura molesta en vuestro universo plano,
a
pesar de que el universo no es plano
y
de que vosotros lo sabéis.
Nená de la Torriente
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