Exantemas, pruritos, alergias,
achuses
incontrolados,
aires
acondicionados, olores
apolillados,
¡OH! Es la prima Vera.
El
cuco, las flores, los colorines,
las
piernas blancas escayoladas,
la
palidez del duro invierno
en
‘lingerie’, con un carmín
que
no puede disimular la calorina.
Y
llegó, y alteró a los que altera
e
incordió a los que incordia,
y
trajo sol y trajo glorias
a
los que no querían pan,
y los que anhelaban mucho más
se
quedaron a dos velas.
Y
pasará, a punto está, y en colorín,
colorado
quedará, en un final
de
sudores y cervezas,
las
que queríamos en enero y aquí están.
Pero yo quiero que me devuelvan
un 14 de febrero, nada más,
y
es que nunca sale el sol por el oeste,
para soñar sólo existen los éstos,
pero nunca aquellos otros fueros.
Nená de la Torriente
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