cuando
no sé tu nombre,
y
dibujar tus ojos cuando puedo
imaginarlos,
bailar
amarrada a tu cintura
si
no sé el tacto de tu camisa
ni
la emoción de tu cercanía.
Es
tan fácil departir de amor
sin
haberte besado, sin saber
si
sabría dormir frente a tus ojos.
Puedo
hablarte de eternidad
y
de cielos púrpura, si no he rozado
aún las yemas de tus dedos.
Sabemos
construir una porción
de
maravilla sin rozar el suelo,
todos
sabemos, pero la piel
no
construye, es invadida,
alcanzada
por un rayo,
conquistada, aprehendida
por
un millón de alfileres
que
al juicio nublan,
y
hacen que inevitablemente
gobierne el instinto.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame