lunes, 11 de junio de 2012

-A Manu-
Para ti,  agazapado, 
esperando un si, 
con un enorme no 
en tu bolsillo. 
¿Por qué querer que quieran 
lo que tú no quieres? 
Tu cuerpo de liebre 
esconde la fiereza 
de mil halcones, 
pero aún no lo sabes, 
y en tu exquisita sencillez, 
la corona de los cuatro reinos 
de la tierra. 
Te ocultas como el ojo del agua, 
la burbuja del río que ve la canoa 
hundirse, o embarrancar en la orilla. 
Te disfrazas como el ojo de la tierra, 
el animal que está 
para ser proyectil sin revólver. 
Te encarnas en el ojo del huracán 
y observas y vas 
y te llevas a tu paso todo lo que quieres, 
porque sabes 
que eres de agua, 
y de tierra y de aire. 
Y lo que más escondes 
es tu fuego, 
porque a ese envite 
aún no sabes ni puedes ganarle. 



Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. Siempre me ensancha el ojo del agua y el de la tierra: poder ver todo lo que incansablemente nos mira.
    Hermosísimo lebrato que, por cierto, ¿se lo dedicas a él el poema?

    Besucos.

    Te ocultas como el ojo del agua: gran verso.

    ResponderEliminar
  2. Me agrada que te guste trasto. El pobruco me recuerda a alguien, con él no he tenido conversa, así que no, a él no se lo dedico.
    Besucos,

    Není

    ResponderEliminar

Háblame