miércoles, 13 de junio de 2012


-Hipando-


Cuando ya creas que bebiste de mí todo 
volverá a llenarse mi fuente, 
y no sabrás de qué néctar libaste antes. 
Tan distinta sabré como sabe el agua 
del río al agua del océano. 
Ningún sonido 
volverá a sonar como antes, 
después de que cierre la puerta. 
Es una mudanza tras otra, 
una locura permitida 
estar en constante tránsito. 
Tú nunca lo has entendido,  ni aquel,  ni éste,
porque delimitar a las mujeres o 
a los hombres,  es lo que tiene. 
No somos piezas,  ni podemos ser definidos, 
aunque se nos escape tanto eso de 
‘tú lo que eres es un imbécil’. 
Pero lo cierto es que no tenemos ni idea, 
y no por falta de interés 
-que no es mucho-, 
ni por falta de visión 
-que no tenemos todos los enfoques-, 
ni por falta de oportunidad 
-que tendemos a poner infinitos trabas-, 
sino por nuestra limitada y defectuosa construcción, 
que más que mirar al otro 
miramos el por dónde,  no su cómo plenamente.





Nená de la Torriente

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