Cuando
te quiebres
yo
puedo coserte, no tengas miedo.
No
voy a pedirte el alma,
ni
una firma en papel ambarino
como
a Fausto,
no
te pediré nada.
Me
gusta arreglar los rotos
que
quieren dejar de estar rotos,
y
tengo manos hábiles
y
un corazón valiente.
Hay
muy pocos bravos
en
este mundo, y
los
inconstantes son como
los
helechos en las tapias
de
Cantabria, infinitos,
nunca
puedes contar con ellos.
Déjate
llevar por una mano
imposible, de eternos sueños,
confía
en este puñado de letras
densas
como las cosas densas,
y
agárrate a mi cintura
que
yo tiraré de ti,
porque
no hay una palabra
ni
un verso,
que
no esté hilvanando algo.
Nená de la Torriente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Háblame