domingo, 10 de junio de 2012


Cuando te quiebres 
yo puedo coserte,  no tengas miedo. 
No voy a pedirte el alma, 
ni una firma en papel ambarino 
como a Fausto, 
no te pediré nada. 
Me gusta arreglar los rotos 
que quieren dejar de estar rotos, 
y tengo manos hábiles 
y un corazón valiente. 
Hay muy pocos bravos 
en este mundo,  y 
los inconstantes son como 
los helechos en las tapias 
de Cantabria,  infinitos, 
nunca puedes contar con ellos. 
Déjate llevar por una mano 
imposible,  de eternos sueños, 
confía en este puñado de letras 
densas como las cosas densas, 
y agárrate a mi cintura 
que yo tiraré de ti, 
porque no hay una palabra 
ni un verso, 
que no esté hilvanando algo. 

  

Nená de la Torriente

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