martes, 12 de junio de 2012

-La Renuncia-





Cansada la ballena se precipita 
hacia la costa 
¿es que nadie lo entiende? 
¿Es que sólo el ser humano puede agotarse 
de vivir uno y otro día en este enjambre 
de días interminables y de noches largas? 
¿Sólo podemos renunciar nosotros? 
La vida no renuncia,  es imposible. 
Y una mierda. 
La vida se cansa de sí misma 
tanto como nosotros,  que somos vida, 
de nuestro pulso. 
Y así sucede,  que al instinto se le vence 
a veces por el agotamiento feroz 
y la desgana, 
y todo se vuelve un roto grande 
sobre una tela finísima, 
que se quiebra con nada, 
y parece que nada podrá detenerlo 
porque el peso es demasiado grande, 
y ya no tienes donde agarrarte. 
Corre el tiempo y tú con él  
hacia algo que suena a calma, 
y cierras los ojos y dejas de respirar, 
y te sientes la persona más cobarde de este mundo




Nena de la Torriente

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