Fernando
dice: Hay dos clases
de
individuos, ‘yo -que es él- y los
demás’.
Me
río pero no es una óptica mala.
Por
mucho que quieras mirar por debajo
de
las pieles,
eres
tú quien mira.
Luego
hay una distancia,
una
línea en el suelo,
y
por muchas formas que creas reconocer
siempre
son desde esa linde.
Roger
Garaudy lo veía muy claro,
era
preciso un tabique entre las personas,
tú
eres tú y tus movimientos, tu mente,
yo
soy yo y mis razonamientos, sólo así
se podría amar siempre.
El
espacio no debe ser invadido nunca,
ni
rechazado, ni combatido, ni peleado,
y
ni una sola vez intentar conquistarlo.
Los
celos, la intromisión, las explicaciones,
están
fuera de todo calendario,
porque
en el mundo de la intimidad
sólo
caben dos personas,
un
tú y un yo, absolutamente enteros.
Nená de la Torriente
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