sábado, 16 de junio de 2012


-A los quiméricos-

Si te dijera que me siento agradecida 
por tu indiferencia, 
pensarías que la soberbia sobrevuela 
mi lengua como 
el Fantasma de la Ópera, 
pero no es así. 
Si te dijera que no busco competencia, 
ni fama,  ni ganancia,  ni un favor, 
pensarías que falto a la verdad 
como cualquier político, 
y no es así. 
Si te dijera que me siento libre de decirte 
lo que pienso, 
pensarías que soy una acomodada 
con pretensiones vanas, 
que no he vivido,  que no sé nada, 
pero no es así. 
Si te dijera que hueles a lo que eres 
y no puedes cambiarlo, 
pensarías que siento celos de algo 
que no está a mi alcance, 
y no es así. 
Si te dijera que en el fondo te deseo 
lo mejor en tu existencia, 
pensarías que es una suerte de flaqueza 
un boomerang de idas y de vueltas 
que en realidad es más de vueltas que de idas, 
pero no es así. 
Si te dijera que no podría creer en ti 
ni aunque te bañaras mil vences en el Ganges 
y mudaras la piel como una serpiente, 
pensarías que no soy razonable 
que tengo prejuicios,  que no sé de lo que hablo, 
pero no es así, 
y en el fondo,  muy en el fondo,  sin conocerme, 
tú lo sabes bien. 



Nená de la Torriente

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