Mañana
saldrán volando
golondrinas
de tu tejado, y
pensarás
si fuiste tú
el
que ayer sostenías en la mano
un
pequeño verso,
y
el reverso de algo que parecía
amor
sincero.
Los
lados de la cama se quedan fríos
con
el tiempo,
y
con los días olvidas qué poemas
tendieron las lágrimas al sol.
Y pensarás si fuiste tú el
que
inventó aquel verbo
y quien grabó el adverbio jamás
como la palabra más verdadera.
Ahora
los tejados son muy locuaces,
como
lo son las paredes, y lo es el suelo,
y
piensas cuál es el verso que andas buscando
para
decirles que haya silencio,
que
no te escuchas, que todo es ruido,
y que
ya no sabes qué estás sintiendo.
Nená de la Torriente
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