-Plantar lluvias-
Me
fui al llano
a
plantar lluvias,
tú
a los altos a cazar mariposas.
Las
lluvias me regalaron tormentas,
inmensos
aguaceros de punta,
de
esos que al caer
hieren
el rostro.
Tú
hallaste la mariposa
más
bella de este mundo,
de
enormes alas e infinitos colores,
y
la tuviste que manumitir
para
que fuese libre, y
no
agonizase en tu palma.
Los
empeños, los deseos,
las
ansias que ponemos en las cosas,
no
siempre nos garantizan
la
completa felicidad.
Nená de la Torriente
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