Pensamiento
que recrea
la
salida, en un ir hacia
ninguna
parte,
eso
señala el anular
de
tu dedo, el anular del mío
te
señala a ti.
Tiene
que ser duro ser diana
y
preso, cuando quieres
ser
dardo y llavín.
Yo
agradezco ser marea,
y
no saber nunca
cuando
no estoy o sigo
en
este océano de los otros,
y
agradezco ser de las que
no
piden aclaraciones,
para
que no me las pidan a mí.
Ya
ves si se pueden hacer
sumas
sencillas, en estas pizarras
de
locos, que hasta se puede vivir
sin
que nadie se entere
de
que estás o de que ya te has ido,
con
el sonido del sin ruido,
la
delicia del discreto
y
el tormento del curioso.
¿Por
cierto, te dije hoy
que
tal vez te odio
o
que tal vez te quiero?
Nená de la Torriente
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