lunes, 4 de junio de 2012


Dicen que nadie debe ser imprescindible, 
y si lo es,  se le echa. 
Comprendo el planteamiento.  
No se puede depender de una sola persona 
es como guardar tu vida bajo  llave. 



¿Qué ocurre si se pierde? 
¿Qué pasa si nos abandona? 
La vida,  la nuestra,  nuestro camino, 
por recto o sinuoso que sea 
ha de ser nuestro,  amar con locura,  sí, 
pero el viaje es nuestro; 
cada paso que des,  es tu pié el que lo da, 
no te empujan, 
cada ojo que mira,  es tu ojo entusiasmado, 
cada fruta que explota en tus labios 
es en tus labios donde dinamita,  y es allí 
donde sientes el gozo. 
Nunca olvides quién eres,  ni dónde estás, 
ni todas las cosas que has vivido, 
ni todo lo que has amado,  besado, 
deseado,  desde que tienes memoria. 
No hay locura en perder o lograr,  hay gratitud, 
siempre hay gratitud por haber vivido, 
y se vive de nuevo aunque se pierda el rumbo, 
y se toma,  se admite,  se acepta,  
mil regalos más que van llegando. 



Nená de la Torriente

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