Qué
diversas son las sensibilidades,
las
formas de acercarse a los objetos,
de
atenderlos, de inhalar su aroma,
de
hablarlos.
Qué
distintos son los términos, que
como
mosquetones sujetan sus cuerpos
a
nuestros cuerpos;
los
ecos que quedan en las memorias,
los
besos en el paladar,
la
hendidura del amor que se despega.
Qué
desigual es el verso que camina
hacia
la misma lejanía,
con
zapatos de diferentes números.
Respira
el mismo aire y sueña con
atmósferas
geométricas
o
asimétricas.
Qué
dispares son las emociones,
las
prioridades, las verdades, las mentiras,
el
mundo que se despliega entre unos y otros.
Nená de la Torriente