POEMA 2.000
Esta
pila de letras,
como
los pilones de hierba amontonada
que
con el rastrillo arrimábamos
desde
las hileras secas,
hace
el número dos mil.
Yo
te escribo a ti
con
la misma ilusión del primer día,
con
la blusa desabrochada
de
humanidad farragosa,
para
que tú me la cuentes
cuando
me leas,
para
que al estar en tus ojos no se seque.
Ordénala
por mí,
dala
sentido en tu corazón,
en
tus ojos de mundo,
en
tu juicio distinto al mío.
Baila
con ella, hazla tuya,
reléeme,
y pronuncia con tu lengua
la
locura de mis versos,
la
cordura,
el
precipicio inagotable de un día tras otro
regalándote
poemas
hasta
llegar a dos mil.
Nená de la Torriente