martes, 18 de junio de 2013

Mudo la piel cada mañana, 
con el gesto del bostezo 
que levantan mis brazos. 
Renuevo el color de los ojos 
-aunque nadie se dé cuenta- 
Viene a mi boca una palabra 
nueva,  a quien liberar del orfanato, 
hoy ha llegado ‘Rarefacer’.

Parecía triste y enquistada, 
como esos niños que se hacen grandes 
asomados a ventanales sucios, 
sin futuros papás que vengan a buscarlos. 
Hemos estado charlando y no tiene estudios, 
apenas sabe frases sin enredar los términos. 

Está muy sucia pero le encanta su estado, 
dice que se siente distinta,  diferente a todo 
lo preceptuado o normalizado. 
Le gusta que la inviten para embarullarlo todo 
para contaminar el sentido de las atmósferas. 
Se siente como la Reina Maléfica 
del viejo cuento de la Bella Durmiente, 
pero insiste con ahínco,  'con un buen corazón'. 




Nená de la Torriente