-Hipo
a la deshumanización-
Hay
hipos que se esconden debajo de la lengua,
hartos
de hiparse a solas
o
afónicos de hiparse con mutilados aullidos.
Creo
que más que el propio dolor,
las
pérdidas, el desamor,
lo
que escuece con escrupuloso calvario
es
todo lo injusto.
Encubrir
una iniquidad envenena,
es
lo más tóxico que existe.
Deshumaniza
y transforma al hombre en monstruo,
le
viste de roca de cal viva
y
le separa del resto.
No
sólo hay que volver a hacer pan con las manos
y aprender que la leche sale de la vaca,
se
nos olvida lo más palmario:
Recuperarnos, recuperar al hombre,
al
ser humano.
Apartarlo
de ese tipo en que le hemos convertido.
Despegado, oportunista, desleal y a menudo
ruin
y despreciable.
Nená de la Torriente